junio 16, 2008

ORNAMENTOS ORTODOXOS

El ceñidor (zóna) Es una faja de tela negra para los clérigos seculares (bordada entre los rusos), y un cinturón de cuero para los monjes.

Cinturón monástico:
Con esto se sujeta la sotana por la cintura. Los altos dignatarios eclesiásticos llevan con frecuencia una faja de color morado o rojo, de modo especial en aquellas iglesias enclavadas en los territorios que en otro tiempo pertenecieron al imperio austro-húngaro.

El konton
Se trata de una especie de sobretodo corto, de color negro. No tiene botones, y está dotado de unas mangas relativamente largas. Está adherido al cuello por medio de un prendedor o bien por unos cordones.

El rason Es un vestido amplio y de mangas largas, análogo a la toga de los magistrados o de los profesores de la Universidad. Los rusos lo llaman Rasa; los árabes, Djebbè. Este Raso, común a todos los clérigos, es preciso distinguirlo del Raso especial de los novicios, llamado rasóforos.

El kamelaukion

KAMELAUKION GRIEGO


KAMELAUKION RUSO


En su origen, como lo indica el nombre, era una especie de tocado hecho con pelos de camello. Hoy en día, es un bonete cilíndrico, de unos 15 ctms. de alto. Entre los griegos, los clérigos mayores lo usan adornando con un borde superior, mientras que los clérigos inferiores lo llevan sin ningún adorno. Este último es denominado, más comúnmente, skoufos. En la actualidad, el kamelaukion puede ser de seda o de terciopelo, generalmente de color negro, aunque en Rusia y en alguna otra parte las dignidades seculares (no monjes) lo usan de color morado.

Por privilegio imperial, los arzobispos de Petrogrado, de Kiev y de Moscú lo llevan de color blanco.

El epanókamelaukion:

Es un velo negro o blanco, muy ligero, que se añade al kamelaukion y que cubre la nuca, cayendo luego sobre las espaldas, donde se divide en tres bandas. Es llevado por los los monjes. Sirve al obispo (que tambien es un monje) en aquellas ceremonias en que no se usa mitra. En los archimandritas y monjes es considerado como un signo de modestia y de renunciamiento religioso. Los obispos que ostentan el rango de Metropolitas usan generalmente un epanókamelaukion de color blanco como signo visible de su dignidad.

El origen de esta prenda, así como de la anterior, es monástico, y parece que en un principio constituyeron una sola pieza. Los sacerdotes seculares, que no tenían derecho para usarla, se cubrían, durante los oficios y durante los preliminares de la misa, con una especie de casco de pelo, de color violeta oscuro y de forma redondeada, ceñido en su parte inferior por una especie de turbante que se prolongaba de manera más sencilla sobre la nuca y sobre la espalda.

VESTIDURAS E INSIGNIAS SAGRADAS:

Por vestiduras sagradas entendemos aquellas que usan los ministros en la celebración de los oficios litúrgicos.Comenzaremos por las vestiduras correspondientes al primer grado de la jerarquía sagrada: el Obispo.


ORNAMENTOS DEL OBISPO:

El stikharion (literalmente: hábito adornado de bandas), llamado también podêrês (que desciende hasta los pies, término equivalente al latino talaris), es una túnica con mangas que caen hasta los pies y cuyo único adorno es, hoy en día, una cenefa bordada en la parte inferior. Sus mangas se estrechan en su dirección hacia las manos, quedando en su extremidad cortadas por la parte inferior, de modo que se puedan unir por un lazo o por un broche.
En su origen fue una vestimenta civil muy usada por los romanos. Los ministros sagrados la usaban, al igual que los demás, como vestido ordinario. Su nombre le viene de las franjas de púrpura con que ordinariamente estaba adornada la túnica romana con la cual se confundía. Con el tiempo se introdujo un stikharion especial para las ceremonias sagradas. Este debía ser blanco. San Juan Crisóstomo llama al stikharion litúrgico: khitoniskos. Este ornamento era de lino, de seda o de cualquier otra clase de tela preciosa.

El simbolismo de esta vestidura sagrada es la pureza de que debe estar adornado el sacerdote. Tal es la evocación propia del color blanco. Pero durante la Cuaresma, y en las fiestas muchas veces se usan diferentes colores.

Conviene advertir que, a pesar de que el color blanco es el ordinario, sin embargo en la práctica, al menos en Constantinopla, se usa indiferentemente cualquier color.
El stikharion es un ornamento litúrgico común a todos los clérigos. No obstante, el del obispo poseía en otros tiempos ciertas particularidades Sólo él estaba adornado de “ríos” (potamoi), de trigonia o triángulos y de gammatta, especie de cruces formadas por la yuxtaposición de letras gamma. Los “ríos” eran unas rayas rojas y blancas que atravesaban la túnica de arriba abajo. Debían su nombre a las palabras de Cristo: “De su seno correrán ríos de agua viva.” (Juan 7, 38), y significaban la abundancia de doctrina que el obispo debía expandir en derredor suyo. Las líneas blancas y rojas simbolizaban el agua y la sangre que manó del costado de Cristo.

El epitrakheljon o peritrakhelion (de peri: alrededor, y trakhelos: cuello), es la estola propia del obispo y del sacerdote. Su origen hay que buscarlo en el orarion o sudario, especie de pañuelo destinado a enjugar el sudor, y que en el siglo IV constituía una señal de dignidad para ciertos dignatarios imperiales. Desde fines del mismo siglo, el concilio de Laodicea reservó su uso a los clérigos superiores solamente. El epitrakhelion o estola es una larga banda de lino o seda, de unos 10 ctms., que el obispo y el sacerdote llevan alrededor del cuello y cuyas extremidades caen por delante casi hasta los pies.

Entre los rusos, la estola es más estrecha en la parte superior; entre los griegos, por el contrario, es más ancha, adornada de una cruz y recortada en forma de semicírculo, a fin de adaptarla más fácilmente al cuello. Las dos bandas que caen por delante están unidas entre sí por medio de broches o de botones, o bien cosidas una con otra. Se adorna con cruces. La estola termina en unas franjas orladas, símbolo de las almas sobre las que el sacerdote tiene responsabilidad.
La estola es el símbolo eminentemente sacerdotal. Siempre que el sacerdote, como ministro de Dios, preside una oración pública, debe estar revestido de ella. Simeón de Tesalónica afirma que “la estola es de tal modo necesaria al sacerdote en la celebración o presidencia de los oficios litúrgicos que, en caso de no hallar una a mano, debe bendecir de inmediato un trozo de tela o inclusive una cuerda y ponérsela a modo de epitrakhelion.” . A partir de entonces se le considera elemento consagrado.

El ceñidor (Zonâ, Zônarion, Zôster): Está constituido por una estrecha banda de tela del mismo color que la casulla. Con él se ciñe el obispo y el sacerdote a fin de sujetar el stikharion y el epitrakhelion. Está adornado, por lo general, con una o dos cruces y se sujeta por detrás por medio de un broche o de un cordoncito. Los melkitas lo sujetan por delante cuando el prendedor o broche es muy elegante.

Las epimanikia.

Son dos manguitas adornados de una cruz, que cubren las extremidades de las mangas del stikharion. Significan, según los liturgistas, el poder divino comunicado al sacerdote en el momento en que se dispone a celebrar los divinos oficios.

Su origen parece ser la costumbre de que el emperador bizantino, al entrar en el santuario para recibir en la mano la sagrada Eucaristía, llevaba las manos cubiertas con guantes. El uso de éstos les estaba también permitido a los clérigos; pero como éstos podían recibir la Eucaristía sobre la mano descubierta, entonces los guantes dieron lugar a los manguitos. Hasta el siglo XII estaba reservado su uso solamente a los obispos; pero luego se hizo extensivo a los sacerdotes y a los diáconos.

El epigonation:

Es un losanje de forma romboidal de unos 30 centímetros de lado, de tela fuerte y resistente, adornado con bordados y una cruz o imagen. Se lo lleva colocado a la altura de la rodilla derecha con la ayuda de una cinta pasada por el hombro izquierda o atada a la cintura.

Reservado hasta el siglo XII solamente a los obispos, fue más tarde concedido su uso al gran protosnycello y a todos los dignatarios eclesiásticos.
Es posible que el epigonation derive de la máppula o servilleta que se usaba en Roma como parte integrante de algunas vestiduras de ceremonias, como, por ejemplo, cuando el cónsul inauguraba los juegos del circo.

Entre los rusos existe otra especie de epigonation alargado y rectangular, denominado nabedrensk (bolsa). Es la primera insignia concedida a los sacerdotes meritorios. Si el que es así honrado obtiene además el derecho a llevar el epigonation ordinario, suspende entonces el nabedrensk sobre el costado derecho.

El felonion:

En el siglo V, dice Duchesne, la indumentaria de los personajes oficiales se componía esencialmente de un vestido interior, con o sin mangas, y de la pénula, amplio sobretodo sin abertura delantera y sin mangas. Se pasaba la cabeza por una abertura realizada en medio y se la podía recoger sobre los brazos cuando se quería hacer uso de las manos. Esta era también la indumentaria del clero y de las personas de condición. A la túnica interior sucedió el stikharion...; a la pénula sucedió el failonion que muy pronto fue de uso exclusivo de los sacerdotes y obispos.

La túnica y la pénula estaban en uso entre el clero mucho antes del siglo V, pero en concurrencia con el manto de los filósofos (tribonion), hábito preferido por los ascetas. Así, San Pablo usaba la pénula (II Tim., IV, 13); igualmente la usaban San Justino, San Gregorio Taumaturgo, Tertuliano, etc. Este último, en su obra De pallio, la recomienda como el vestido que mejor conviene a los sacerdotes cristianos. Los ministros sagrados se servían de una y de otra vestimenta, tanto en la celebración de los santos misterios como en la vida ordinaria. Se tenía, sin embargo, la precaución de que los usados para las funciones litúrgicas fueran más decentes, limpios y esmerados que los usados de ordinario. Su color era, por lo general, blanco. Este color no estaba permitido fuera de las funciones sagradas. Sólo el patriarca de Jerusalén, según Metafraste, tenía el privilegio de vestir de blanco fuera de las funciones litúrgicas.
En el rito bizantino ha quedado reservada exclusivamente al sacerdote en tiempo relativamente reciente. Se le entrega todavía en forma simbólica (el pequeño felonio, muy recortado) al lector en la ceremonia de su ordenación como prenda del sacerdocio al cual aspiran, pero terminada la ordenación no pueden hacer uso de él.

El polystaurion:

En época muy antigua, pero que no es fácil precisar con exactitud, la casulla del patriarca, y luego la de los metropolitanos, se cubría de una gran multitud de cruces, por cuya causa se llamaba polystaurion. El polystaurion no era nada más que un felonio cubierto de cruces. En las pinturas y mosaicos sirve para distinguir a los pontífices.

El sakkos:

Cuando el polystaurion cesó de estar exclusivamente reservado a los patriarcas, apareció el sakkos, ornamento de tal manera reverenciado entre los griegos que, al decir de
Algunos hacen remontar su origen hasta San Juan Crisóstomo; pero, en realidad, no fue introducido en la Iglesia, como casi todos los ornamentos de origen imperial, hasta una época bastante posterior.

El sakkos es una túnica corta, en otro tiempo sin mangas, hoy con medias mangas, suntuosamente bordada y abierta de arriba abajo por los costados. Las dos largas bandas que la constituyen están unidas entre sí por cintas o por unos broches con pequeños cascabeles, a semejanza de la túnica del gran sacerdote entre los hebreos. Su figura es muy parecida a la dalmática latina.

Primitivamente era la túnica de los emperadores, cuyo uso permitieron ellos a los patriarcas exclusivamente. Más tarde, otorgaron este mismo honor a algunos obispos a quienes querían honrar particularmente. Al parecer, fue después de la toma de Constantinopla por los turcos (1453) cuando se hizo extensivo este uso a todos los obispos.

Desde el punto de vista del simbolismo, el sakkos recuerda el saco de penitencia del A. T. Sobre las espaldas del emperador, significaba que el príncipe de la tierra se humillaba ante el Rey del Cielo, reconociendo su total y pleno dominio sobre todo lo creado; sobre las del obispo, recuerda el manto de burla con que cubrieron a Cristo los soldados romanos.

El omoforion (de omas: hombro; y fero: llevar): Ciertos funcionarios romanos llevaban encima de la pénula un palio de color vistoso. Era una especie de banda que servía para hacer conocer a los demás su dignidad. El cónsul, en el acto solemne de la inauguración de las carreras, cuando daba la señal para que los caballos empezaran a correr, lo llevaba puesto de una manera que guarda cierta analogía con el modo de usarlo en la actualidad los dignatarios eclesiásticos que gozan de él. Parece que esta pieza ornamental fue concedida por los primeros emperadores cristianos a los obispos como insignia de su dignidad. Su color es igual al del conjunto de los ornamentos que se usan.

Según Isidoro de Pelusa, el omoforion debe ser de lana y no de tela porque en él está simbolizada la oveja descarriada que el Señor ha venido a conducir sobre sus hombros al redil.
Se usan dos clases de omoforion. El gran omoforion, que es una larga banda de tela, sobre la cual se bordan unas cruces. El obispo se lo coloca alrededor del cuello, lo cruza en forma de ángulo sobre el pecho y hace descender las extremidades casi hasta la tierra, una por delante y otra por detrás.

El pequeño omoforion, cuyo origen es reciente, se coloca alrededor del cuello y cae sobre el pecho solamente. El obispo usa el gran omoforion desde el comienzo del Sacrificio hasta el fin de la lectura del Apóstol. Se lo quita para la lectura del Evangelio “porque, representando al Buen Pastor, debe deponer toda manifestación de grandeza cuando el Verdadero Maestro toma la palabra, como acontece en el Evangelio”. (Simeón de Tesalónica, cap. 97 y 209, P. G., t. CLV, col. 294c y 422-424).

(El pequeño omoforion lo usa desde la oración del Querubicón hasta el fin de la Liturgia. Lo deja, sin embargo, durante la gran entrada, y entonces uno de los sacerdotes lo lleva delante de las ofrendas. También se sirve de él para las ordenaciones y para la mayoría de las funciones sagradas.

La cruz pectoral (stauros):

PANAGUIA

PECTORAL

La usan los obispos y otros dignatarios (archimandritas, protoieréi, etc.) y por privilegio imperial los sacerdotes rusos. La llevan suspendida del cuello por medio de una cadena y reposa sobre el pecho. Esta cruz es un derivado del encolpion.

El encolpion (literalmente: objeto llevado sobre el seno): Es llamado también panagion, a causa de la imagen santa que lo adorna. Se trata de un medallón grande, adornada con la imagen de Nuestro Señor o de la Virgen Santísima, que el obispo lleva sobre el pecho al lado de la cruz pectoral.

Significa que el obispo debe honrar a Cristo y a su Madre con corazón puro y espíritu recto. El encolpion era primitivamente un pequeño relicario que contenía un trocito de la verdadera Cruz o reliquia de los mártires.

Los cristianos primitivos lo usaban a modo de talismán protector y garantía del auxilio divino. Su forma era unas veces ovalada y otras, de cruz. Más tarde, primó definitivamente la primera, después de haber dado origen a la cruz pectoral y dejó de ser un relicario.
La mitra o corona (mitra o stéfanos): se trata de una especie de tiara o bonete esférico o cuadrilobado, adornada de ricos bordados y de piedras preciosas y coronada de una cruz. La llevan actualmente los obispos en las funciones pontificales.
Mitra

En Rusia solamente llevan cruz en la mitra a partir de los metropolitanos, y el uso de la mitra se hace extensivo a los archimandritas y algunos protoiréi.

Según los simbolistas orientales, la mitra significa la corona de espinas colocada sobre la cabeza de Cristo por los soldados del pretorio.

Acerca de su origen, los liturgistas no están de acuerdo. Balsamón, a quien siguen Nicéforo Calisto y Simeón de Tesalónica, dice que antiguamente todos los obispos orientales celebraban con la cabeza descubierta, a excepción de los Patriarcas de Alejandría, sucesores de San Cirilo, que había recibido la mitra del Papa San Celestino cuando fue encargado de presidir el Concilio de Efeso (431). (Cfr. P. G. CXXXVIII, col. 1048). Pero según algunos autores modernos, el Patriarca de Constantinopla después de la caída del imperio de Bizancio, habría recogido la corona imperial y la habría adoptado para las ceremonias sagradas. Lo que es cierto, sea lo que sea de las diversas suposiciones anotadas, es que la forma de la mitra se asemeja realmente a la corona imperial. Según el liturgista Papadopoulos, el uso de la mitra se hizo extensivo a todos los obispos no antes del S. XVIII.

El báculo (poimantiké rhabdos: Bastón Pastoral):

DEKANIKION

KAZRANIONPopularmente se lo denomina también pateritsa (bastón del padre, del anciano), dekanikion, baktería (bastón de apoyo). Termina en la parte superior en dos pequeños brazos en forma de serpiente con las cabezas vueltas sobre sí mismas.

Primitivamente el báculo era un simple bastón de madera terminado en una cruz en forma de T. A la madera sucedió luego el marfil, el ébano y, a veces, la plata; la parte superior era de marfil o de metal esculpido.

El báculo simboliza el poder pastoral. Las dos serpientes, por su parte, simboliza la prudencia que debe adornar a todo pastor en su labor de conducir la grey que el Señor le ha encomendado. Los higúmenos o superiores monásticos llevan una especie de dekanikion terminado en dos cuernos cuyas extremidades se vuelven hacia abajo.
En Rusia, algunos archimandritas usan el báculo como insignia de su jurisdicción.

Fuera de la iglesia los obispos usan el kazranion (palabra de origen turco), es decir, un bastón de madera, con empuñadura de plata o de marfil, que les sirve de apoyo y, al mismo tiempo, de insignia. Lo usan también en la iglesia en las ceremonias en que- no oficia de pontifical y en las que, por tanto, no usa el báculo pastoral (pateritsa).
Kazranion

El dikerion y el trikerion.
Son los dos candelabros de dos y tres brazos de que ya hemos hablado anteriormente. Constituyen las últimas insignias que toma el prelado después de haberse revestido de los ornamentos pontificales descritos hasta aquí.

Debemos advertir que estos ornamentos solamente los emplea en su totalidad el obispo para la celebración de la Divina Liturgia y en algunas otras ceremonias especialmente solemnes como la bendición del agua el día de Epifanía, la ceremonia del epitafios hymnos en la tarde del Viernes Santo y las segundas Vísperas de Pascua.

El mandyas. A todas las vestiduras sagradas enumeradas podemos añadir el mandyas que, juntamente con el epirriptarion o epikhamenlaukion, el báculo, el epitrakelion y el pequeño omoforion, lleva el obispo en diversas ceremonias a las que asiste como pontífice.

El nombre de mandyas es de origen persa y servía para designar un manto militar. Por extensión se aplicó esta denominación al manto precioso que llevaban los emperadores bizantinos y, más tarde, por derivación, al manto de los obispos. El origen más probable del mandyas episcopal, según Goar (Eukologion, p. 495) es el mandyas monástico que, a su vez, deriva del manto de los filósofos adoptado por los primeros ascetas cristianos. Los obispos, elegidos de entre los monjes, continuaban usándolo como un recuerdo venerado de su anterior estado, pero adornándolo según las exigencias de su nueva dignidad. El obispo lo emplea en todas las ceremonias en que no usa el omoforion, y además antes de la misa hasta el momento de revestirse de los ornamentos litúrgicos. Es un manto muy amplio y abierto por delante, que se vuelve a unir (abrochado) en la parte inferior. En la iglesia rusa los archimandritas tienen el privilegio de llevar el mandyas.

El aetos. El aetos o águila es una insignia del obispo. Se trata de un tapiz en el que está dibujada o bordada una ciudad sobre la cual planea un águila con las alas extendidas e iluminadas por los rayos del sol. Se pone este tapiz a los pies del prelado cuando oficia. La ciudad significa su ciudad episcopal a la que debe amar y guardar y el mundo al que debe despreciar. El águila con las alas iluminadas simboliza la pureza de que debe estar adornado, la elevación de sentimientos y la ciencia teológica que debe poseer para poder instruir a sus fieles.

El aetos es usado de modo habitual solamente en Rusia en forma de pequeña alfombra; entre los griegos su uso ha quedado reservado únicamente para la ceremonia de la consagración episcopal en un gran alfombra . Puesto sobre él, el nuevo obispo hace su profesión de fe leyendo en determinados momentos las fórmulas adecuadas.
ORNAMENTOS DEL SACERDOTE Y DEL DIACONO:

Los ornamentos del sacerdote son: el stikharion, el epitrakhelion, el ceñidor (zona), las epimanikia y el felonion. Si goza de alguna dignidad eclesiástica, puede llevar el epigonation y el kamelaukion. Se reviste de todos estos ornamentos para la celebración de la Liturgia, para las Horas Reales, para las Vísperas del Viernes Santo, para el oficio de Epitafios y para las segundas Vísperas de Pascua. Para todas las demás ceremonias usa solamente el felonion y el epitrakhelion.

Ornamentos Sacerdotales:

Las diferencias entre estos ornamentos sacerdotales y los episcopales son apenas considerables y han quedado ya indicadas en su lugar. En cambio, creemos conveniente señalar las particularidades de los ornamentos diaconales. Son éstos:

El stikharion:

Las epimanikia y el orarion:


Ornamentos diaconales:

El color está por regla general en concordancia con el del celebrante. Por lo demás, está casi siempre hendido de arriba abajo por los costados. Las dos partes están unidas, en este caso, por cintas o botones. Es también más estrecho que el del sacerdote y cae libremente hasta el suelo sin estar sujetado por un ceñidor. En una palabra, el stikharion del diácono se asemeja mucho a la dalmática latina, con la diferencia de que es más larga y se coloca directamente sobre el hábito eclesiástico, sin alba y sin ceñidor.

Las epimanikia del diácono en lugar de cubrir las mangas del stikharion, cubren las de la sotana o hábito eclesiástico.

El orarion: La estola diaconal lleva el nombre de orarion. Sobre el origen de este nombre no están de acuerdo los liturgistas. Unos lo hacen derivar de la palabra latina orare: orar, porque el diácono, cuya insignia peculiar es el orarion, dirige la oración colectiva de los fieles; otros, con Balsamon a la cabeza, la derivan del verbo griego oraó: ver, observar, porque el diácono es el encargado de velar por el buen orden de las ceremonias; otros, en fin, como Simón de Tesalónica, del verbo oraidso: embellecer, adornar, porque este ornamento, distintivo especial de los diáconos, simboliza la belleza de los ángeles cuyas funciones desempeñan aquellos. No es fácil, como se ve, hallar una explicación convincente y definitiva.

En la actualidad, el orarion es una banda de tela, ordinariamente de seda, estrecha y adornada de bordados; sobre ella está escrita la palabra hagios en tres direcciones y, a veces, se las reemplaza por tres cruces. El diácono lleva el orarion fijo sobre el hombro izquierdo, y le cae hasta los pies tanto por delante como por detrás. En momentos en que desempeña sus funciones litúrgicas más características, tomando con la mano derecha la extremidad delantera la levanta hasta la altura de la cara, en un gesto significativo de invitación a la oración.

Antes de comulgar, el diácono se coloca el orarion en forma de faja sobre la parte inferior del pecho, luego la cruza en medio de la espalda y, pasándola por sobre los hombros la vuelve a cruzar por delante del pecho, sujetando las extremidades dentro del pliegue que le rodea la cintura. Los simbolistas ven en esta ceremonia una invitación de lo que nos dice Ezequiel acerca de los querubines que están ante el trono de Dios: que se velan sus rostros ante la majestad divina, en señal de adoración y respeto.

A pesar de que el concilio de Laodicea (c. 22) reserva el orarion para los diáconos exclusivamente, hoy en día lo llevan también los clérigos menores, pero siempre cruzado de la manera que acabamos de indicar.


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