junio 25, 2008

MAITREYA, POR TONY TOWSEND

Una introducción a la Sabiduría Eterna

por Tony Townsend

Presentación de la misión de Maitreya y las actividades de los Maestros en relación con el futuro de la humanidad en la Tierra.
Para que la información siguiente no sea descartada sin más, es necesario tener una mente abierta. Es importante considerar que el conocimiento común puede ser incompleto, y que la verdad como se ve desde un punto de vista particular puede no reflejar toda la realidad. Nadie sabe lo que puede ser descubierto y conocido, o si hay límites al descubrimiento y al conocimiento.
Lo que sigue, sin embargo, no es nuevo. Ha sido extraído de un cuerpo de conocimiento llamado las enseñanzas de la Sabiduría Eterna. Estas enseñanzas no son un producto de una sola persona, ni pertenecen a algún grupo en particular. En cambio, han ido pasando de unos a otros oralmente y por escrito, durante incontables generaciones. Se dice que son la base de todas las religiones del mundo, y de todos los logros científicos, sociales, y culturales. En el siglo pasado han estado más asequibles al público de Occidente en general a través de los escritos de Helena P. Blavatsky, Alice A. Bailey, Helena Roerich, y, en años recientes, Benjamin Creme. Adicionalmente, un acercamiento directo y no teórico a la realidad fue enseñado por J. Krishnamurti. En Oriente estas enseñanzas pueden encontrarse principalmente en los textos fundamentales de las distintas religiones, y han sido transmitidas oralmente por los líderes espirituales y gurús.
En este artículo, vamos a procurar observar los acontecimientos actuales –especialmente en relación con el emerger público del Instructor del Mundo– a la luz de estas enseñanzas de la Sabiduría Eterna, y evaluar la posibilidad de que hay causas y efectos en movimiento previamente desconocidos.
La mayoría de las personas no tienen conocimiento real de que hay reinos más avanzados en la naturaleza que el reino humano. Según las enseñanzas de la Sabiduría Eterna, la humanidad se encuentra en un punto a mitad de camino –entre los reinos físicos (mineral, vegetal, animal) y el reino espiritual– y combina elementos de ambos. El reino espiritual más cercano a nosotros, pero mucho más avanzado que nosotros, es un reino de seres distinguidos por su inmensa sabiduría y amor, que podrían personificar lo que para nosotros llamaríamos Dios.
Una vez ellos también fueron seres humanos, hombres y mujeres, como nosotros. Pero hace tiempo se enfrentaron y trabajaron a través de todas las condiciones de la vida, lucharon y dominaron todos los problemas humanos, y –como también es nuestro destino– se convirtieron en Seres semejantes a Dios. Se les conoce como los Maestros de Sabiduría, y como grupo se llama la Jerarquía Espiritual.
Conocidos por sus discípulos y por aquéllos que han leído u oído hablar de ellos, los Maestros de Sabiduría viven en montañas aisladas y centros desérticos, como han hecho sus predecesores desde hace millones de años. Así como nosotros tenemos la finalidad de ser los guardianes de los reinos animal y vegetal, los Maestros de la Jerarquía son nuestros guardianes. A lo largo de la historia la Jerarquía ha guiado a la humanidad, principalmente entre bastidores y a través de sus discípulos, inspirándonos para que seamos conscientes de que nosotros, también, somos seres semejantes a Dios en formación. Sin interferir en nuestra vida diaria, ellos nos ayudan, indirectamente, para avanzar hacia su reino.
Además de trabajar a través de sus discípulos, uno o más Maestros vienen periódicamente (al principio de cada era astronómica) al mundo cotidiano para dar nuevas y más correctas enseñanzas para nuestro a menudo confuso y agitado viaje. En cada uno de estos periodos, el Maestro principal que viene a la cabeza normalmente es el líder de la Jerarquía. Él es el más sabio de todos y tiene la capacidad más profunda de amor. Se le conoce como el Instructor del Mundo, y es asistido por uno o más de Sus discípulos. El Instructor del Mundo da Sus enseñanzas a través de estos colaboradores que a su vez las distribuyen a la humanidad. En el pasado, tales enseñanzas se convirtieron con el paso del tiempo en las religiones principales del mundo. Esas religiones o filosofías que siempre distorsionaron las enseñanzas originales sirvieron al propósito de hacer que las personas se volvieran hacia líneas más correctas durante un tiempo, hasta que una nueva dirección era necesaria – y un nuevo instructor aparecía.
Nosotros ahora nos encontramos en uno de tales momentos, el comienzo de una nueva era. El final del siglo 20, un siglo de destrucción y caos sin igual propiciados por el hombre durante el cual la humanidad ha perdido su camino, las religiones principales están en crisis; esperando iluminación, renovación o salvación en la forma de su principal figura sagrada que vuelve o retorna. No sólo las organizaciones religiosas, sino que las instituciones de todo el mundo –políticas, económicas, y sociales– están experimentando crisis profundas o están en desorden. Por todas partes las personas pobres impotentes –la inmensa mayoría de la población del mundo– anhelan liberarse del totalitarismo, la injusticia, la pobreza, y el sufrimiento general de la vida diaria. Los poderosos, los acaudalados, la minoría satisfecha de sí misma, se esfuerzan por mantener su situación privilegiada y son acosados por el crimen, la corrupción, la pobreza espiritual y el miedo. Todos estos factores combinados han producido una llamada de socorro continuada y silenciosa. Sin saberlo, hemos vuelto a llamar a un gran Instructor del Mundo a nuestras vidas cotidianas.
El nuevo Instructor del Mundo, el líder actual de la Jerarquía, se llama Maitreya. Un individuo tan adelantado y puro que fija y distribuye la energía de amor en este planeta. Maitreya ha evolucionado de la humanidad de nuestra tierra y ha sido el primero de nosotros en lograr tan alto puesto. Él no es Dios, pero ha realizado completamente a Dios en sí mismo, como cada uno de nosotros está destinado a hacerlo.
Antes de ahora, Maitreya vivía y trabajaba en su centro en las altas montañas del Asia central, enviando Su energía de amor para contrarrestar los efectos de la oscuridad humana, y esperando la oportunidad de presentarse. En julio de 1977, como millones de pobres morían de inanición en un mundo de abundancia y la guerra nuclear amenazaba con acabar con toda vida en el planeta, Él ya no podía esperar más tiempo. Respondiendo a la llamada de toda la humanidad, Él vino cuando menos se le esperaba, como un ‘Ladrón en la noche’. Desde su centro en la montaña descendió hasta Karachi, Pakistán, donde subió a un avión, ‘llegando por las nubes’, hasta Londres, Inglaterra. Allí fijó su residencia como un hombre aparentemente ordinario en la empobrecida comunidad Indo-paquistaní de Londres, enviando sus energías transformadoras para inspirar los benévolos cambios que han empezado a reformar la sociedad humana tan dramáticamente.
Como un miembro amado y respetado de esa comunidad asiática de Londres, Maitreya ayuda, cura y enseña. Es conocido allí por un nombre ordinario, pero también se le conoce simplemente como ‘el instructor’, y ‘el hombre de blanco’. Comenzando con pequeñas charlas y reuniones locales en la comunidad, las apariciones públicas de Maitreya tienen lugar ahora a escala mundial, principalmente a grupos fundamentalistas de todas las religiones que tendrán la mayor dificultad para comprender su reaparición ahora. Para que sea reconocido Él se les aparece con el aspecto o la forma de aquel que ellos esperan como su gran líder espiritual de su fe o religión particular, y les inspira una nueva conciencia espiritual. Junto con estas apariciones a menudo Él hace brotar agua en las inmediaciones del lugar –fuentes o pozos de agua con propiedades curativas. Algunos de estos pozos y manantiales curativos han sido descubiertos por gentes del lugar y han llegado a ser conocidos mundialmente por sus efectos benéficos. Maitreya también se ha encontrado con personas de los medios de comunicación, con líderes gubernamentales, religiosos, y sociales de muchos países, y con personas ordinarias. Se aparece a muchas personas en sueños, visiones, o en la vida real, a menudo con diferentes disfraces (apariencias) que tienen un profundo significado en las vidas individuales de las personas. Sus enseñanzas preliminares para la nueva era de Acuario han comenzado, y algunas se han publicado y distribuido.
Es necesario comprender que Maitreya, así como todos los Maestros, han evolucionado mucho más allá de nuestras necesidades y capacidades de la vida cotidiana. Como seres realizados de Dios, ellos conocen y han dominado leyes de la naturaleza sobre las cuales nosotros no sabemos nada. Capacidades que para nosotros pueden parecer sobre-humanas son procesos naturales y normales para ellos. Por ejemplo, ellos se comunican por el pensamiento, reciben su alimento de la energía solar, y nunca se cansan. Pueden curar cualquier enfermedad o herida por medio de una mirada o un toque. Tienen completo control sobre la materia a todos los niveles, y han dominado hace mucho tiempo la vida y la muerte. Físicamente, pueden tener cuerpos juveniles que tienen literalmente cientos de años. O pueden tener cuerpos auto-creados por ellos mismos a través del poder del pensamiento que no envejecen y son indestructibles. O, pueden existir en niveles espirituales superiores, completamente sin cuerpos físicos, y sin embargo poder influir en la vida cotidiana.
Maitreya, como el Instructor del Mundo para toda la era de Acuario, tiene capacidades más extensas. A través de él viene la energía de paz o equilibrio, que en el futuro traerá la armonía al mundo en grado igual y opuesto a la discordia actual. Además él trae la energía de síntesis, que causará el final de la separación y desorden actual de la humanidad, y la unidad de toda la vida será un hecho. Así como el amor de Dios es fijado por él en este planeta, así también Él fijará el propósito de Dios en la próxima era. Él también actúa como agente de intervención divina, ahorrando a la humanidad mucho sufrimiento innecesario.
Pero para la humanidad su función principal será mostrarnos, a través del arte de la realización del Ser, nuestra verdadera naturaleza espiritual; que somos seres espirituales encarnados en cuerpos físicos. Enseñará que a través del conocimiento y la práctica de “la honestidad de mente, sinceridad de espíritu y desapego” todos pueden conocer esto como un hecho. Mostrará que todos nosotros estamos literalmente interrelacionados entre sí y con toda la vida, y que el próximo paso adelante para la humanidad –las correctas relaciones humanas– puede lograrse a través de la inofensividad y el servicio. A través de Él se establecerán varios centros educativos alrededor del mundo dónde las enseñanzas de la Sabiduría Eterna estarán disponibles a aquéllos que aspiran comprender la verdad de su existencia. A través de estos centros, las leyes naturales relativamente desconocidas, como las leyes de causa y efecto, del renacimiento, y de la expansión de conciencia, serán comprendidas. Y, simultáneamente con su trabajo con la humanidad, Maitreya enseña a una gran evolución paralela conocida como el reino dévico o angélico.
Para llevar a cabo estas tareas monumentales, Maitreya está bien equipado. Su cuerpo físico es auto-creado y es único ya que puede resistir las vibraciones más bajas del mundo cotidiano, mientras simultáneamente es receptor de las energías espirituales más elevadas. Él puede aparecer y desaparecer a voluntad, estar físicamente presente, al instante, en cualquier parte en el mundo, e incluso estar en varios lugares a la vez. Maitreya puede cambiar su apariencia física a voluntad. Su apariencia física real no pertenece a ninguna raza o nacionalidad en particular, pero tiene algún parecido con todas.


La conciencia de Maitreya es tan inmensa y totalmente inclusiva que literalmente está presente en el corazón y mente de todos los seres humanos. Él conoce a cada uno de nosotros. En el Día de la Declaración hablará mentalmente a cada persona en todas las partes del mundo. Mientras su rostro podrá verse en la televisión mundial, cada persona oirá las palabras de Maitreya, en su propio idioma, interiormente. Todos oiremos la delineación de Maitreya sobre la elección trascendental con que se enfrenta la humanidad: el de la interdependencia mutua y cooperación, o la autodestrucción – o el de compartir los recursos del mundo, o la destrucción del mundo. Su sencillo mensaje –“Tomad la necesidad de vuestro hermano como la medida de vuestra acción y solucionad los problemas del mundo. No hay otro camino”– despertará los corazones de las personas por todas partes que permita expresar la inherente y subyacente alegría y buena voluntad común a todos nosotros. Su energía causará innumerables curaciones que nosotros consideraremos milagrosas. Todos esto nos inspirará a cambiar el rumbo presente de destrucción hacia una nueva dirección y hacia una brillante era dorada. Maitreya ha dicho que no ha venido a fundar una nueva religión, sino a enseñar el arte de la realización del Ser. Como nuestro guía y consejero él estará con nosotros durante toda la era de Acuario, más de 2,000 años.
Maitreya trae con él como colaboradores a un grupo de Maestros, que silenciosamente han fijado su residencia en o cerca de importantes ciudades de todo el mundo. Después de que Maitreya haya sido reconocido como el instructor para la próxima era, él mismo presentará a estos Maestros. Ellos trabajarán estrechamente con nosotros para corregir los desequilibrios que amenazan nuestra existencia continuada en la tierra. Junto con Maitreya nos ayudarán a conseguir nuestros próximos logros para el futuro: correctas relaciones humanas y una correcta relación con nuestro medio ambiente. Ellos nos aconsejarán, pero nuestra es la responsabilidad para cambiar de dirección y hacer los cambios necesarios. Y, nos asistirán en la gran tarea de avanzar hacia su reino.
Uno de los Maestros que trabaja más estrechamente con Maitreya es muy conocido en el mundo occidental, el Maestro Jesús. Fue la conciencia de Maitreya, la conciencia de Cristo, quien inspiró y trabajó realmente a través de Jesús en Palestina. Ese trabajo inauguró la era de Piscis que entonces comenzaba, que luego tuvo como resultado, a través de otros discípulos y seguidores entusiastas, el establecimiento del Cristianismo.
El trabajo que Maitreya realizó a través de Jesús, se hizo por medio de un proceso conocido como adumbramiento. El adumbramiento es el proceso por el cual un Maestro puede manifestar parte (o toda) su conciencia a través de los cuerpos físico, emocional y mental de un discípulo, de manera totalmente voluntaria y cooperativa. Cuando un Instructor del Mundo viene al comienzo de una nueva era, este es el método normal de acercamiento. Jesús fue y es un discípulo de Maitreya el Cristo y trabajó con él, en Palestina, a través de este proceso de adumbramiento, y así fue conocido como Jesús el Cristo.
Según las enseñanzas de la Sabiduría Eterna, el Cristo no es el nombre de una persona sino un título para designar al líder de la Jerarquía Espiritual. Otros títulos para el Instructor del Mundo son: Mesías, Bodhisattva, Madhi, Krishna, y Maitreya Buda.
El nombre personal del Instructor del Mundo actual es Maitreya. Él es el primero de los instructores en inaugurar dos eras sucesivas. En esta era de Acuario, Maitreya ha venido realmente él mismo y no expresamente a través del adumbramiento de un discípulo. Después del Día de la Declaración de Maitreya y su presentación del grupo de Maestros que se han exteriorizado con él, su relación con el Maestro Jesús será conocida por todos.
Viviendo actualmente en las afueras de Roma, el Maestro Jesús está estrechamente relacionado con el desarrollo de la civilización Occidental, y en particular con las iglesias cristianas. Una de sus funciones será revitalizar y reformar el Cristianismo, y, si las iglesias así lo eligen, acercarlo a su verdadero trabajo de enseñar y curar.
La exteriorización de la Jerarquía Espiritual no sólo beneficia a la humanidad. Los Maestros necesitan, por ley espiritual, demostrar en el plano físico su maestría de la vida como grupo, así como ellos lo han hecho individualmente. Se dice que este ciclo particular en la vida planetaria coincide con importantes eventos cósmicos, haciendo que este momento sea oportuno para tal demostración.
Es de gran importancia en el trabajo de la Jerarquía con la humanidad en la próxima era la elucidación de dos grandes leyes de la naturaleza: la Ley de Causa y Efecto (karma), y la Ley de Renacimiento (reencarnación). Estas leyes afectan a cada uno de nosotros, y la enseñanza sobre ellas es muy importante.
Estas leyes son bien conocidas en Oriente, pero mal interpretadas. En Occidente han sido excluidas del conocimiento común durante la mayor parte de los últimos dos mil años como resultado de la censura de la iglesia.
El karma es una palabra que básicamente significa que recibirás en la misma proporción de lo que des. Es el nombre Oriental para la Ley de Causa y Efecto. Esto significa que cada pensamiento o acción se convierte en una causa que tiene un efecto. El efecto se convierte en una nueva causa a su vez. Cada acción tiene una reacción que se vuelve una nueva acción. La cadena de acontecimientos, creada por una persona, se convierte en la vida de esa persona; que a su vez interactúa con las creadas por todas las demás personas. Cada cadena de causas y efectos se entrelaza con billones de otras cadenas, y así se crea nuestra vida en la tierra – para lo bueno y para lo malo.
El conocimiento incompleto oriental del karma ha producido la aceptación del statu quo y la inercia. Las personas creen que su destino en la vida está predeterminado por sus vidas pasadas, y no importa lo que pueda suceder, es inmutable. Quizás la próxima vida sea diferente. Esta actitud fatalista ha generado mucho sufrimiento.
En Occidente esta ley es conocida recientemente, pero no es ampliamente sostenida ni aceptada como verdadera. Aunque los científicos han estudiado la expresión física de causa y efecto (para cada acción hay una reacción igual y opuesta); y muchos ‘religionistas’ fanáticos han utilizado la expresión: “lo que siembres, cosecharás”, como la justificación bíblica para el abuso, el castigo o la venganza; e incluso las personas en general comprenden que lo que tu obtienes es lo que mereces – muy pocos parecen entender que el karma forma la estructura de la vida diaria y opera cada segundo del día y de la noche.
A escala mundial, nuestros pensamientos colectivos y acciones nos han puesto frente a frente con la aniquilación. Sólo recientemente la amenaza de destrucción nuclear inminente ha sido descartada. Pero las bombas todavía están en su lugar y todavía pueden explotar debido a los desequilibrios económicos y sociales que han causado que dos terceras partes de la población mundial vivan en la pobreza – en un mundo de abundancia.
El mundo en el que vivimos y del que dependemos se ha convertido en un mundo peligrosamente contaminado y agotado como resultado directo de nuestros pensamientos y acciones. Es un organismo viviente, un gran Ser del que nosotros somos simplemente una pequeña parte. Sólo recientemente nos hemos dado cuenta un poco de esto.
Lo que pensamos y hacemos ahora, determina nuestras vidas en el futuro. En cierto sentido nosotros mismos ocasionamos que volvamos a nacer. Y así se produce la interacción de la Ley de Causa y Efecto con la Ley de Renacimiento.
Las enseñanzas de la Sabiduría Eterna aluden a un gran Plan que se encuentra en ejecución, parte del cual tiene que ver con la espiritualización de la materia y la evolución de la conciencia.
El Ser, una chispa divina de Dios, encarna como un alma individual en un cuerpo de sustancia física, emocional y mental – y nace un ser humano. A través de las innumerables vidas esta sustancia es gradualmente refinada hasta que el aspecto espiritual irradia completamente el aspecto material – y nace un Maestro de Sabiduría. Se dice que esta redención de la materia es un gran servicio y sacrificio del alma que existe en perfección en su propio plano, en unidad con todas las almas. Pero, en el gran esquema de la vida ha escogido descender a la materia y espiritualizarla. Un ser humano es el lugar de trabajo y el campo de batalla de ese esfuerzo y sacrificio. Como seres humanos individuales finalmente nos damos cuenta de nuestra parte en este Plan y participamos conscientemente. A través de un proceso llamado iniciación, la evolución de nuestra conciencia y la espiritualización de nuestros cuerpos avanzan entonces más rápidamente.
La iniciación es el esfuerzo cooperativo de una persona y su alma para crear una conexión consciente entre ellos, conduciendo finalmente a la unión completa. Mientras se expande la conciencia de una persona –o se acerca al alma– el cuerpo físico, las emociones y la mente son correspondientemente refinados para ser utilizados por el alma. Durante muchas vidas, estas expansiones y refinamientos son marcados por acontecimientos llamados “iniciaciones”, significando cada una de ellas un avance a un estado más alto de ser. En este planeta se dice que hay cinco iniciaciones.
La primera iniciación es el despertar dentro de una persona del principio Crístico, o cohesivo, la naturaleza del amor de la realidad, y crea un nivel de trascendencia sobre los apetitos físicos del cuerpo. La segunda iniciación produce una infusión de la mente por el alma, y una correspondiente libertad nace a partir del control de las emociones y la calma ante sus turbulencias. La tercera iniciación es la unión del alma con la persona total e integrada y el dominio de la mente superior e intuitiva sobre la mente inferior, concreta. La cuarta iniciación produce la unión de la persona con el Ser, o chispa divina, el dominio de la mente superior y una iluminación casi completa de los cuerpos físico, emocional y mental.
Una persona que obtiene la quinta iniciación ha realizado completamente al Ser, ha transformado totalmente la materia de su cuerpo en luz, y es un ser semejante a Dios: un Maestro de sabiduría y compasión. El Maestro se libera de la reencarnación, pero puede quedarse en servicio a la tierra y sus habitantes, o continuar su ascensión con nuevas expansiones de conciencia en otra parte del universo.
La Ley de Causa y Efecto es de importancia primordial, no sólo para quienes están activamente implicados en los procesos de iniciación, sino para todos. Puesto que cualquier cosa que hacemos repercute en nosotros, vivir inofensivamente parece ser la única forma razonable y sensata de vivir. Cuando nuestros pensamientos y acciones son motivados por la inofensividad y por el servicio, entonces los resultados serán benignos. El aspecto espiritual predominará, y, puesto que todos los seres humanos están interrelacionados a nivel espiritual, puede crearse un nuevo modelo de mundo en el que el miedo, la codicia, la pobreza y la guerra ya no existan. Tendremos un mundo espiritualizado en el que la justicia, el compartir, la paz y el amor prevalezcan.
En el futuro, nos daremos cuenta de que estamos relacionados por esta continua cadena de causas y efectos, o condicionados por la rueda de renacimiento y que viviendo inofensivamente anulamos la elaboración de mal karma. El servicio, u orientación por el alma, contrarresta el mal karma anterior, crea buen karma, y si se hace con desapego, sin deseo, no crea ningún karma en absoluto.
Vida tras vida, al principio a ciegas, después por medio de ensayo y error, y finalmente a través del conocimiento, nos liberamos del ciclo de renacimiento. El aspecto material ha sido espiritualizado y un estado de vida superior se nos abre por delante.

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