julio 20, 2008

LA SOLEDAD DEL SACERDOTE

Por: Martha Isabel Urbano
Periódico Eco Llanero, Arquidiócesis de Villavicencio, Meta, Colombia.
Junio de 2004.

Tiene la mirada de un hombre enamorado, la voz firme y grave de quien se siente convencido, tiene en sus manos, la gracia más pura y el privilegio infinito de hacer que ese pedazo de pan en que creemos, se lo creo y que la Palabra de vida se convierta en verdad él, es Sacerdote.

Pero hoy mientras me sumía en el silencio tuve la profunda inspiración de pensar en él: pensé en su casa y descubrí que a unos cuantos pasos se encuentra el Templo, lugar que nos congrega, lugar que nos convoca, venimos a el, los hijos, los vecinos, los amigos, los negros, los blancos, los ricos, los pobres, los que somos y los que no lo somos, cada domingo ocupamos bancas enteras y si no somos prontos corremos el riesgo de quedarnos de pie mientras la Misa, allí nos encontramos, los niños, los jóvenes, los viejos, los adultos, y los ancianos.

Solo a unos cuantos pasos nos encontramos, nos reunimos y así aquellos que se sienten solos ya no lo están, hay cantos y algarabías; durante la homilía se percibe el llanto de un bebe que ha llegado a una familia vecina; y que por estar en compañía de sus amigos no han querido entrar.

Llegamos después de la campana y nos damos cuenta que somos tantos… que somos una gran familia. El padre hablo del amor que debe reinar en los hogares, de los hermanos, de la comunidad, de lo maravilloso que era vivir todos unidos y que mejor que nos puede pasar es tener la compañía de otros para compartir nuestra vida, lo que somos y lo que no.

Pero el momento de la compañía dura poco, todos nos damos la vuelta, tal vez le daremos la espalda al Señor el resto de la semana, tal vez seremos mejores… y a partir de ahí, solo DIOS podrá saber de nuestro destino. Cada cual se va con quien vino, el sacristán se cerciora de que todos hayan salido y dándose la bendición se despide del silencioso templo.

Pero a solo unos cuantos pasos se encuentra él, quien a tantos consoló. El celebro la grandeza de estar reunidos y la bendición de tener a los demás para compartir nuestras ilusiones, sueños y esperanzas; allí a unos cuantos pasos ha quedado él, en la casa cural, en el. Bullicioso domingo, en una soledad que casi asusta, contemplando las fotos de su madre y de aquellos a quienes mas ama; solo esos portarretratos sobre el escritorio son su compañía, no tendrá la comida caliente sobre la mesa para almorzar, no tendrá el bullicio de los pequeños dando brincos por la sala, tal vez no timbre el teléfono para recibir un saludo, quizás nadie ese domingo dirá; cuéntanos que hiciste esta semana, cuéntanos tus sueños y tus tristezas. Y así, queda aquel que convoco a tantos, en tan profunda soledad parecida al sepulcro..

Tan solo se queda la alegría profunda de haber obrado con todo su corazón, serán para siempre su compañía constante Jesús y Maria, asumirá con radicalidad la vacía soledad, ya que en tanta libertad opto por convertirse en sacerdote de Cristo.

Moraleja: Querido hermano, si tu residencia esta cerca del Templo, visita de vez en cuando al sacerdote de tu parroquia., tu eres su familia.

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