25. Ordinariamente esta parte inicial consta de un canto llamado Proelegendum, el himno Gloria in excelsis y la oración Post Gloriam. En las solemnidades, se añade el Trisagio, entre la Gloria y la oración.
a) Prælegendum
26. Las fuentes de la tradición B designan el Prælegendum con el nombre más genérico de Officium. En cambio, en la liturgia galicana se le denomina también Prælegendum.
Es, en realidad, un canto análogo al Introitus romano y a la Ingressa ambrosiana.
Como en la mayoría de los cantos hispánicos, la antífona no se repite por entero después del verso salmódico y el Gloria. Se repite solamente el último inciso de la misma.
27. El nombre de Prælegendum (canto que precede a las lecturas) parecería excluir la función de canto de entrada. En efecto, en un período de decadencia, con la incorporación de elementos devocionales, en los que el celebrante suplicaba públicamente la purificación de sí mismo, se retrasó el momento de la ejecución del Prælegendum.
Pero, tanto la descripción de la Misa galicana del pseudo-Germán, como su clara analogía con los cantos romano y ambrosiano, demuestran su verdadera naturaleza de canto procesional, destinado a acompañar la entrada y acceso al altar del celebrante y sus ministros.
b) El himno «Gloria in excelsis»
28. Algunas liturgias orientales adoptaron el poema cristológico del siglo II Gloria in excelsis como himno del oficio matutino.
Por sus dos versículos iniciales, el rito romano lo incorporó a la celebración de Navidad: una vez concluido el oficio vigiliar, con el Gloria in excelsis se iniciaba la Misa de Medianoche. De ahí pasó también a la Vigilia Pascual, y se extendió finalmente a las misas dominicales y festivas.
El rito ambrosiano, que poseía ya el Gloria in excelsis como himno matutino, por influjo del rito romano, lo incorporó a las misas dominicales y festivas.
En cambio, el rito galicano, al formar esa parte introductoria de la misa, en vez del Gloria in excelsis, adoptó el cántico de Zacarías Benedictus, destinado también universalmente al oficio matutino, al que dio el nombre de Prophetia.
29. El IV Concilio de Toledo (633) cita el Gloria in excelsis como ejemplo de poesía litúrgica, contra los que no admiten los himnos (can. 13). Pero no lo refiere en absoluto a la celebración eucarística. El Gloria in excelsis fue introducido posteriormente en la Misa hispánica, probablemente durante la segunda mitad del siglo VII, y entonces fue asignado a las misas dominicales y festivas.
c) El Trisagio
30. Las fuentes conservan varias versiones del Trisagio, en griego o en latín, o en griego y latín simultáneamente.
Las fórmulas más simples pudieron ser incorporadas textualmente de una liturgia griega, bizantina o alejandrina. Pero las más elaboradas parecen haber sido compuestas en España: son textos que no aparecen en los repertorios de las liturgias orientales.
d) La oración «Post Gloriam»
31. La Oratio Post Gloriam habría tenido que corresponder a la primera Collecta romana o a la Oratio super populum ambrosiana.
Siendo el primer texto ecológico que el sacerdote dirige a Dios en nombre de la Iglesia, abre efectivamente la celebración. La oración reúne las aspiraciones de todos los que están allí presentes, y en cierto modo declara que la comunidad queda constituida en asamblea celebrante.
32. Sin menoscabo de este sentido fundamental, las oraciones Post Gloriam hispánicas presentan una característica especial: en el texto de la oración quedan siempre integradas lecciones extraídas del Gloria o, si se canta también el Trisagio, expresiones del Gloria y del Trisagio simultáneamente. A veces toda la oración está construida a partir de una de las frases de los cantos que la han precedido.
En el período en que fueron compuestas, era habitual en el rito hispánico la correspondencia explícita entre cantos y oraciones, sobre todo en el sector del oficio.
Conviene notar que en la Collectio post Prophetiam galicana, que cumple exactamente la misma función, no se produce ese fenómeno.
http://usuarios.lycos.es/sinelabe/index-0.htm
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