agosto 25, 2009

DEVOCIONES MARIANAS

DULZURA DE LOS ÁNGELES(de la liturgia bizantina)

Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos, abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.
María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho madre de Dios.
Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos; tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos. Manda a tus siervos el socorro del cielo.

ORACIÓN A SANTA MARIA(L. de Grandmaison)

Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una fuente. Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón manso y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.

ANTE LAS TENTACIONES

Madre querida acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén.

MEMORARE
Fray Luis de Granada, O.P. (1504-1588)

No me desampare tu amparo, no me falte tu piedad, no me olvide tu memoria. Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me sostendrá? Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí? Si tú, que eres Estrella de la mar y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar? No me dejes tentar del enemigo, y si me tentare, no me dejes caer, y si cayere, ayúdame a levantar.¿Quién te llamó, Señora, que no le oyeses? ¿Quién te pidió, que no le otorgases?

SÚPLICA A LA VIRGENPARA SER BUEN CRISTIANO(San Efrén)

Santísima Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura de alma y cuerpo, que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de toda virginidad; la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; que sobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza, en santidad de alma y cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en el alma y en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado; purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina mis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos; líbrame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones y pasiones impuras; anula en mí el imperio de mi pecado; da la sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable, para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, y así, libre de las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte, de cantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz, Cristo Dios nuestro. Pues sólo con Él y por Él eres bendita y glorificada por toda criatura, invisible y visible, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

VIRGEN MARÍASÍMBOLO MARIANO

1. Creo que la Santísima Virgen fue predestinada desde la eternidad, no a la gracia y a la gloria principalmente, como los demás hombres, sino que fue predestinada principalmente para ser la Madre del Redentor y Corredentora del género humano
2. Creo, por consiguiente, que se ha de decir de la Santísima Virgen lo que se dice de Jesucristo, aunque en menor grado y con subordinación a El.
3. Creo, con San Bernardo, que «por María fueron inspiradas las Sagradas Escrituras y de María nos hablan todas ellas; que por María fue creado el mundo, y porque María fue llena de gracia, por Ella bajó del cielo la majestad de Dios y por Ella es exaltado el hombre hasta los cielos».
4. Creo que María es verdadera y propiamente Madre de Dios, dignidad infinita en su género, porque no cabe otra más excelente en pura criatura.
5. Creo que fue concebida sin mancha de pecado original, ni tuvo jamás pecado personal alguno, ni aun sombra de pecado.
6. Creo que fue siempre Virgen, antes del parto, en el parto y después del parto.
7. Creo en su gloriosa Asunción a los cielos en cuerpo y alma

8. Creo que es tan benigna y poderosa que "aun al diablo sacaría del infierno y llevaría de nuevo a la gloria si, humillándose, pidiera perdón a Dios e implorase la ayuda de María", lo que, sin embargo, por Soberbia no hará jamás.
9. Creo que, por esta su colaboración a la Redención, fue constituida por Dios Tesorera y Dispensadora de todas las gracias que se dispensarán a los hombres hasta el fin de los siglos.
10. Creo, por tanto, que la gracia de la perseverancia final o buena muerte, como las demás, nos viene por las manos de la Santísima Virgen.
11. Creo que la devoción a la Santísima Virgen es moralmente necesaria para salvarnos.
12. Creo que no sólo el ser devoto de la Santísima Virgen es señal de predestinación, sino que «haber recibido, a lo menos, la gracia de pensar con frecuencia y con dulzura en María es una gran señal de merecer el cielo».
13. Creo que María es nuestra Madre, porque de su libre consentimiento dependió la Encarnación y la muerte de su Hijo, nuestra Vida.
14. Creo que la Santísima Virgen nos ama a todos y a cada uno con amor inmenso, del que no es ni sombra el amor de todas las madres juntas a sus hijos.
15. Creo que la Santísima Virgen es la Reina del Universo, a cuya voluntad obedecen todos y todo en los cielos, en la tierra y en los abismos.
16. Creo que la Santísima Virgen es abogada y refugio y única esperanza de los pecadores.
17. Creo que no hay pecador tan lleno de crímenes que si a Ella se encomienda, no alcance el perdón y el cielo.
18. Creo que la Santísima Virgen se ofende, no sólo de los que la injurian, sino de los que no se encomiendan a Ella y confían totalmente en su patrocinio.
19. Creo que es tan benigna y poderosa que "aun al diablo sacaría del infierno y llevaría de nuevo a la gloria si, humillándose, pidiera perdón a Dios e implorase la ayuda de María", lo que, sin embargo, por Soberbia no hará jamás.
20. Creo, con San Alfonso de Ligorio, que "sólo con que tengamos la dicha de morir delante de una imagen de María pronunciando su nombre o pidiéndole misericordia, iremos ciertamente al cielo".
21. Creo que la verdadera devoción a la Santísima Virgen consiste en imitar sus virtudes y ejemplos.
22. Creo, sin embargo, que aun la devoción imperfecta del pecador que la honra constantemente con algún obsequio, aunque sea pequeño, no se perderá eternamente.
23. Creo que, siendo Ella nuestra vida y el camino seguro para ir a Cristo, quien no profesa una devoción singular a María carece de vida espiritual.
24. Creo que no hay pecador o impío por obstinado que se halle, que si pronuncia con respeto y devoción el nombre de María, no alcance la gracia de la conversión.

25. Creo que delante de Dios tiene más eficacia un suspiro de la Santísima Virgen que todas las oraciones de los ángeles, bienaventurados y hombres juntos.
26. Creo, en fin, que la Santísima Virgen alivia y favorece de modo especial en el purgatorio a las almas que le fueron en esta vida particularmente devotas.

VIRGEN MARÍALETANÍAS LAURETANAS

-Señor, ten misericordia de nosotros,
Se repite
-Cristo, ten misericordia de nosotros, -Señor, ten misericordia de nosotros,-Cristo óyenos,-Cristo escúchanos,
-Dios, Padre celestial,
Ten misericordia de nosotros.
-Dios Hijo, Redentor del mundo, -Dios Espíritu Santo, -Trinidad santa, un solo Dios,

-Santa María,
Ruega por nosotros

-Santa Madre de Dios,-Santa Virgen de las vírgenes,-Madre de Cristo,- Madre de la Iglesia,-Madre de la divina gracia,-Madre purísima,-Madre castísima,-Madre virginal,-Madre sin mancha de pecado,-Madre inmaculada,-Madre amable,-Madre admirable,-Madre del buen consejo,-Madre del Creador,-Madre del Salvador,-Virgen prudentísima,-Virgen digna de veneración,-Virgen digna de alabanza,-Virgen poderosa,-Virgen clemente,-Virgen fiel,-Espejo de justicia,-Trono de sabiduría,-Causa de nuestra alegría,-Vaso espiritual,-Vaso digno de honor,-Vaso insigne de devoción,-Rosa mística,-Torre de David,-Torre de marfil,-Casa de oro,-Arca de la Alianza,-Puerta del cielo,-Estrella de la mañana,-Salud de los enfermos,-Refugio de los pecadores,-Consuelo de los afligidos,-Auxilio de los cristianos,-Reina de los ángeles,-Reina de los patriarcas,-Reina de los profetas,-Reina de los apóstoles,-Reina de los mártires,-Reina de los que confiesan su fe,-Reina de las vírgenes,-Reina de los santos,-Reina concebida sin pecado original,-Reina asunta al cielo,-Reina del Santísimo Rosario,-Reina de la familia,-Reina de la paz,

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
-Jesús, óyenos.
Se repite

-Jesús, escúchanos
Se repite
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos Señor

Bajo tu protección. Nos acogemos bajo tu protección, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien, sálvanos siempre de de todos los peligros Virgen gloriosa y bendita.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de DiosR. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración. Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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