I
Por mi, Señor, inclinas
el cuello a la sentencia:
que a tanto la clemencia
pudo llegar de DIOS.
Oye el pregon, oh Madre,
llevada por el viento
y aldoroso cento
ven del amado en pos.
II
Esconde, justo Padre,
la espada de tu ira,
y al monte humilde mira,
subir el dulce Bien.
Y Tu, Señora gime,
cual torotola inocente;
que tu gemir clemente
la amasansara tambien
III
Oh pecador ingrato,
ves a tu DIOS caido,
ven a llorar, herido
de contricion aqui.
Levantame a tus brazos
Oh bondadoso Padre,
ve de la tierra Madre,
llanto correr por mi.
IV
Cercadla, Serafines,
no acabe en desaliento,
no muera en el tormento,
la Rosa virginal,
Oh acero riguroso,
deja su pecho amante,
vuelvete a mi cortante,
que soy criminal.
octubre 06, 2008
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